Una palabra que resuena en mi mente desde hace un tiempo es: conciencia. Aunque no siempre podemos ser conscientes al cien por ciento de todo, siempre hay como un alerta constante: “se consciente de lo que eres, de cómo vives la vida, de lo que estás haciendo ahora, de lo que te rodea”.

Dos de mis pasiones son el yoga y la fotografía. En el yoga encontré una vía de conectarme con la meditación. Y me encanta porque a través de eso haces un trabajo de crear conciencia, partiendo desde tu propio cuerpo, de cómo te mueves, de cómo te sientes cada día. Pero también si hago un trabajo visual a través de la fotografía, es para crear conciencia del lugar donde estás, de las personas a tu alrededor. Hace dos años comencé hacer yoga, ahorita estoy obsesionada con eso. Ya tengo varios proyectos en mente así que he dejado un poco de lado la fotografía, pero en un momento espero volverla a integrar a mi vida.

Comencé a practicar yoga casi que todos los días, ahora tengo el proyecto de hacer un instructorado. Sueño con tener mi propia Shala, es decir, un lugar donde la gente vaya a practicar yoga. Me parece importante esa reflexión que te inyecta el yoga sobre uno mismo, de por qué hago las cosas, cómo las hago, cómo las estoy viviendo y qué repercusiones tiene eso en mí, en los demás, en el medio ambiente.

Yo, por ejemplo, me emociono mucho con todo lo que comienzo, hasta que llega un momento en el que me fastidio y ya, hasta ahí llega. Pero cuando empecé a hacer yoga, me planteé que fuera distinto, que no fuera a dejarlo a la mitad, sino que lo llevaría sostenido hasta el final. Una vez que pude identificar ese aspecto de mí me enfoqué en trabajar mucho la constancia, que va desde lograr hacer una postura hasta realizar tus más grandes sueños. Plantearse, por ejemplo, hacer la parada de cabeza, implica trabajar y trabajar hasta lograrla. Así pude entender que si quiero lograr algo, lo que sea, debo concentrarme y trabajar para eso. Mientras más tú insistes, mientras más persistes y practicas, lo podrás lograr.

Poco a poco me he ido dando cuenta de que todo lo que nos pasa tiene un ‘por qué’. Todo es causa y efecto. Hay cosas que están destinadas a ser, pero también tú vas forjando lo que quieres a través del autoconocimiento, de saber quién eres. Claro que hay cosas que uno dice: “¡oye, qué casualidad!”, pero en realidad hay varios eventos detrás de eso que hicieron que fuera posible.

A mi me tocó una situación familiar fuerte siendo muy joven. Con apenas diecisiete años tuve que cuidar a mi abuela paterna porque mi papá estaba en el interior y mis tíos estaban fuera del país. Ella estuvo en terapia intensiva a raíz de un ACV. En ese momento, el hecho de que yo estuviera haciendo yoga y meditando me ayudó mucho a detenerme a comprender lo que estaba viviendo. Esa situación con mi abuela me acercó más a mi padre, porque finalmente él tuvo que venirse a Caracas y desde que se había separado de mi madre yo no había compartido tanto con él.

Otra experiencia importante ha sido poder colaborar en clases de yoga para los niños en los barrios. Poder acercarte y ver una realidad que siempre te ha sido ajena, o que la veías de lejos, eso te confronta, te permite ir rompiendo los prejuicios, te das cuenta que una misma cosa es tan diferente para cada quien. Así vas conociendo a personas y lugares, y uno se pregunta en qué lugar he estado viviendo todo este tiempo que no vi esa realidad antes. Al acercarte a los otros te das cuenta de que uno hace un drama de cosas que no son tan importantes, puedes poner los problemas personales más en perspectiva y reconocer que no son tan graves.

Entonces, si no pasas por ciertas situaciones no tienes forma de aprender esa lección que te deja cada experiencia. Todo ocurre para aprender, para madurar. Quizás al principio uno no lo entiende, pero luego que lo vives dices: “¡uao! ¡Eso era!”.

Escritura:
Alexandra Cona
Fotografía:
Astrid Hernández
Lugar:
Country Club, Caracas
Fecha:
23.5.2017
Hay cosas que están destinadas a ser, pero también tú vas forjando lo que quieres a través del autoconocimiento, de saber quién eres.
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