Yo estudié en la normal Gran Colombia que la construyó López Contreras para las niñas maestras. Entré de 13 años y salí de 17 años. De allí tengo los más bellos recuerdos. Era como un barco. La cosa más bella que te puedas imaginar: tenía biblioteca, salón de danza, salón de música, y dos salones para cada grado,  secciones “A” y “B” respectivamente. De un lado había un pasillo por donde salíamos las alumnas y del otro un barandal que daba a un enorme jardín… ¡tronco de escuela! Después eso se acabó y no hubo más normalistas.

Yo quería ser bailarina, pero mi papá me dijo “No, tú bailas en tu escuela todo lo que tú quieras, pero hasta ahí. Como te gusta ser maestra, estudia normal para ser maestra”. Y como a mí me encantaba ser maestra, eso hice. A todos los muchachitos de la cuadra yo los reunía en mi casa y jugaba a ser maestra: se sentaban, yo agarraba los libros, pasaba la lista.

Sin embargo, bailé muchísimo, desde los 14 años en adelante. Dos veces con La Billo´s en vivo en los carnavales, y en otros carnavales también con diferentes grupos. Me gustaba el piano merengue, el vals, la conga… yo fui de la época del mambo y la guaracha. Me encantaba el ballet, y fui del cuerpo de danza de la escuela. En segundo año la maestra escogió un grupo para que bailara danza para los actos culturales de fin de año y diciembre, y entre esas estaba yo. Una vez ensayando la danza de las flores se me salió la rótula y me desmayé. Todas encima de mí y llamando a la directora que estaba a una cuadra de distancia. Ella vino y ¡fráquiti! me metió la rótula otra vez, después me desperté y aquél dolor. Yo dije: “ya está, mis papás no me van a dejar volver a bailar”, pero ellos eran tan buenos conmigo que me dejaron seguir bailando.

Ser maestra es lo más bello que existe, me encanta ser maestra. Tuve alumnos muy buenos como alumnos muy malos, y unos que todavía se acuerdan de mí y me llaman. Les di clases a mis hijos y los trataba como a todos los demás y fui muy fuerte con ellos. Yo estuve treinta años como maestra y diez más de clases particulares. Tengo una ex-alumna del año 1977 que la semana pasada me llamó. Todavía se acuerdan de mí…

Escritura:
Norlam Ramos
Fotografía:
Pedro Tovar
Lugar:
San Bernardino, Caracas
Fecha:
30.6.2017
Ser maestra es lo más bello que existe, me encanta ser maestra.
No items found.

Más Historias

Juegas...
Elijes...
Thank you! Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.

Hay un amor que conoce el camino

Doug Olivares
Conocí la fotografía y me enamoré.

Todo eso es de ahí

José Antonio Tineo
A veces me gustaría transformarme en uno de esos paisajes que uno ve aquí.

Un arte de origen natural

Gabriel Toledo
Yo no le tengo miedo al fracaso porque pienso que es un trampolín para buscar hacer las cosas mejor.

Un fiebrúo con vocación

Marcel Rasquin
Mi trabajo se conecta enormemente con mis temores, mis afectos y mi alma… porque cuando escribes tienes que dejar el alma.

El arte de teñir

Mohammad Islam
© 2023 Cultura Epix
PrivacidadTérminosCookies