Cuando tenía diez años descubrí que quería ser pintor. Conseguí una beca en la Escuela Superior de Bellas Artes de París. Logré conseguir esa beca gracias a un portafolio que armé para llevarlo a la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, y a una carta de recomendación que me hizo Sofía Imber. Para mí fue como un halago, porque allí estudiaron grandes pintores como Michelena y Cristóbal Rojas. Pero, estando en París, me da la primera crisis. Me pusieron mi primera camisa de fuerza.

Al perder la beca en París me la cambiaron para los Estados Unidos e hice mi carrera en Los Ángeles, aunque cada año volvía a recaer. Fue una época muy dura. Sin embargo, me conseguí a personas maravillosas que me ayudaron.

En mi obra están muy presentes los ojos. El ser humano es la mirada de cada quien. También he pintado brujas y monstruos. Mi pintura y mis dibujos han pasado por distintas facetas. Tengo además una serie de obras que muestran cómo he vivido y sentido mis procesos de enfermedad. Mis accidentes…

Una vez me atropelló un carro, estuve internado 14 veces, luego las diálisis porque tantos medicamentos me afectaron los riñones. Y ahora, ¡tengo este accidente! Yo he hecho de la tragedia en mi vida una comedia, no me quejo, doy gracias a Dios por lo que me pasa. Mis amigos me dicen: “Jesús tú estás loco, ¿por qué das las gracias?” Hay que agradecer, siempre hay alguien que está peor que uno y no se queja.

Yo veo el arte como una conexión espiritual, mi relación con el mundo exterior, mi manera de percibirlo y de relacionarme con él. Para mí fue un regalo, me permitió descubrirme a mí mismo. No puedo negar mi enfermedad, ¡soy bipolar!, y estoy muy orgulloso de poder reconocerlo y decirlo. Al final todos lo somos porque todos tenemos oscuridad y claridad en nuestro ser, somos seres duales. En mi caso soy digamos un bipolar fuerte porque he estado recluido, pero conozco gente a la que le dan sus ataques de rabia, depresiones, sus manías… La vida está compuesta de un “black and white” y de eso se trata.

Yo no practico religión porque cristo no es religión. Me visto con la kipá de los judíos, la túnica de los musulmanes y la cruz de los cristianos para dar un mensaje sobre la unión, más allá de los credos. Es algo así como un performance permanente. 

Escritura:
Norlam Ramos
Fotografía:
Pedro Tovar
Lugar:
San Bernardino, Caracas
Fecha:
30.6.2017
Todos tenemos oscuridad y claridad en nuestro ser, somos seres duales.
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