No me gusta mucho hablar, soy muy penoso... para pedir algo a una persona lo pienso, ¿y si me dice que no?, broma, eso me da como cosa, no me gusta molestar.

Llevo 22 años en la hacienda. Me llamaron de prueba por una semana y me quedé. Es bueno aprender porque así uno sabe más. Trabajar con decencia para no estar pensando cosa mala, eso se lo he enseñado a mis hijos. Tengo ocho y los formé aquí en Paria.

A mí me gusta todo lo que hago en mi trabajo, pero manejar no y montar en moto menos. Me gusta más caminar y ver televisión. No soy muy salidor pa’ fiesta, anteriormente sí, como a los 21, pero ahorita pienso que lo que me puedo gastar por ahí prefiero gastarlo con mi familia. La familia para mí es importante, al que no le importa su familia no le importa nada.

Gracias a Dios todo me ha salido bien, tengo mi casita, un terrenito que compré, no tiene muchas matas. Tengo sembrado mata de naranja, cacao, yuca y semillitas de llairén, que es como una mata de bijao, eso lo venden mucho en la carretera, sancochado es muy rico. Broma, es un esfuerzo bien fuerte, en mi trabajo también me han prestado mucha ayuda. Gracias a Dios y al apoyo que recibo en mi trabajo compré mi casita, poco a poco he ido comprando los materiales, con el favor de Dios vamos a terminarla. Yo creo en el trabajo de mis manos, todo el tiempo, y en Dios. Mi inspiración es sacar adelante a mi familia, ese es mi motor. En la familia hay que apoyarse unos con otros. Y ser respetuoso.

Ahorita hay gente que se altera mucho, dicen groserías, no me gusta eso. Con mis hijos siempre he sido muy respetuoso, les enseñamos a que respeten a sus mayores, en la casa no se dice grosería. A mí no me gusta eso. No me gusta darle golpe a nadie, ni pegarle a mis hijos. Yo se los digo a ellos: ustedes no me ven diciendo grosería, ni le pego a su mamá. Ustedes son hermanos y entiendo que a veces discutan, pero fuera los golpes porque yo también sé de golpe y si nos vamos a pegar todos toditos seremos como animales, y eso es feo. Un correazo de vez en cuando hay que darles, maltratarlos no, mis hijos saben que eso no me gusta. Con decirle que para mí darle un golpe a un perrito, de solo pensarlo me da como sentimiento.

Me acabo de acordar que cuando yo estoy comiendo y viene un perrito pidiéndome comida y viéndome con esos ojitos... yo le doy comida, porque me da como tristeza. Yo comparto, así con todo el que necesite, si en mi casa yo estoy comiendo y llega cualquiera que necesite… no me gusta está' comiendo y llegue otro y se quede sin comer, eso me pega en el corazón. Una vez con mi esposa y mis hijos nos fuimos pa’ Guanta, no hace mucho, llegamos a comer en una empanadera por allá, y se ha parado un señor todo el tiempo al lado mío, era un señor que yo veía como loco, eso me daba miedo, y se me quedaba viendo, buscaba en la basura, y sacaba cosas. Le terminé dando la mitad de mi comida. La verdad que no sé cómo hay personas que no ayudan a nadie así, ojalá yo tuviera para darle más a cualquiera. Si yo pudiera, si tuviera más, quisiera cambiarle la vida a las personas que andan así con esa pobreza. Yo también he pasado mis días de hambre. No se lo recomiendo a nadie, aquello es feo. Dígame si uno llega a su casa y no tiene nada. No tiene nada para darle a sus hijos, eso es desastroso. Gracias a Dios yo he tenido siempre una ayuda, he tenido días fuertes, pero he logrado salir. No tuve la oportunidad de que mi familia me pudiera ayudar a salir adelante, tener un estudio bueno, pero gracias a Dios con lo que he aprendido me ha ido bien. Hombre, aunque si volviera a nacer trataría la manera de ser alguien, de tener más oportunidades. Desde los doce o trece años comencé a trabajar.

Este es mi lugar. Lo que yo hago ahorita es control de calidad, y aunque han venido a ofrecerme pagar más para llevarme a otra chocolatera yo digo que no, porque sería como una traición, yo he aprendido mucho aquí. Lo que se necesita para aprender es tener la mente buena para ver y que se te graben las cosas, tener curiosidad y preguntar mucho esas cosas que llaman la atención. Antes no preguntaba pero entendí que si uno no hace preguntas se queda estancado. Si no tratas de aprender vas a ser un fracasado todo el tiempo, yo quisiera aprender más. Aunque ya aprendí a manejar el computador, todavía no estamos tan bien, pero sí, ahí vamos.

Antes era mucho más tímido, me daba miedo hasta pedirle al chofer del autobús la parada. Cuando me vienen a visitar a la casa, como dice mi esposa, que ando escondido, me voy. Sigo siendo muy penoso. Es pena de hablar con la gente. Con Juvencia no fueron muchas palabras, fue una mirada tumba coco, como dice la gente, no soy persona de muchas palabras. Ya tenemos 22 años juntos, el mismo tiempo que tengo trabajando en la hacienda. Me siento tranquilo.

Mi casita ha ido poco a poco, de veinte bloques en veinte voy. Gracias a Dios ando en la recta final, eso ha sido mi sueño, es bueno tener lo que es de uno para no andar molestando. Uno tiene que enfrentar lo que venga y tratar de salir adelante de la manera que uno mejor pueda, menos con el pensamiento malo. No le presto atención a andar preocupándome, si uno se pone a pensar, tal cosa, que la situación, los problemas, uno se siente como incómodo, a mí no me gusta pensar en eso.  Mi esposa me dice: cómo vives tú sin preocupación, y yo digo pa’ qué me voy a preocupar, si uno se preocupa anda como desesperado. Porque eso es lo que trae la preocupación y es como yo digo, si uno se pone a prestarle mucha atención a eso se te acaba la vida. Yo prefiero poner mi atención en las matas y ver televisión, menos esos canales que dan malas noticias. Últimamente le hablo a las matas, les digo: usted va a echar tal cosa, en este año va a echar bastante para que mi familia y yo podamos vivir, y creo que gracias a Dios, con lo que les dije a las matitas este año, fue bien, porque echaron bastante fruto. Hay que hablarle bonito a las plantas.

Soy una persona sencilla, silenciosa, no sé qué pensarán los demás de mí, pero yo soy así. A veces pienso que me gustaría ser un árbol, que todo el que se acerque diga: ese árbol está bonito y da muchos frutos, y ojalá ese fruto sea cacao.

Escritura:
María Milián
Fotografía:
Chepina Hernandez
Lugar:
El Pilar, Sucre
Fecha:
9.3.2018
Uno tiene que enfrentar lo que venga y tratar de salir adelante de la manera que uno mejor pueda, menos con el pensamiento malo.
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