Me vine a los 16 años a Caracas, soy de Lechería, Estado Anzoátegui. Fue un paso importante venirme. Me independicé, conocí a Verónica, mi esposa, nuevos amigos, y me inicié en el activismo político. Mi vida cambió.

Creo que la experiencia de vivir solo desde temprano me sirvió para aprender a valorar tantas cosas en mi vida, entre esas cosas están los momentos compartidos con mis hermanos, nuestros juegos de la infancia, las peleas, yo era el mayor. Siempre me tocó dirigir o liderar una actividad. Creo que todo eso ha influido en mí, en lo que hoy soy. En mis convicciones. 

Uno de los recuerdos que tengo viviendo solo fue una situación que me marcó. Vivir solo, no saber administrar el dinero y por lo tanto quedarme sin un medio. Un día no tuve cómo movilizarme, era domingo y me había quedado sin comida en casa y no tenía a nadie cerca que me pudiera ayudar. Tenía hambre, en verdad mucha hambre, llevaba por lo menos 24 horas sin probar nada. Era un chamo, esa situación, en ese momento la viví como algo terrible, más tarde me di cuenta de lo importante de haberlo vivido porque despertó en mí muchas reflexiones. Comencé a pensar acerca del hambre y la impotencia que pueden llegar a sentir muchas personas que no tienen nada que comer. Toda la frustración y desesperación que eso genera. Aprendí que yo tenía que salir adelante por mí mismo y no depender, ni esperar que mis padres resolvieran mis problemas. Aprendí a valorar cada instante de mi vida y tener mayor consciencia.

Hoy en día tengo mi propia empresa, hice mi plan y lo llevé a cabo. Tengo mi proyecto. Hago lo que me gusta hacer y me apasiona. La política es mi vocación. 

Puedo decir que mi camino no lo he hecho de manera lineal, me gusta meterme por una curva, subir una pendiente. Tal vez me toca pasar por una montaña, llegar al mar y atravesar el océano con todas las complicaciones que implique. Lo que quiero decir es que considero que las cosas no están todas dadas, uno quisiera que fuera distinto. Tenemos una situación país que es fuerte, hay obstáculos que se nos atraviesan cada día pero hay que seguir haciendo camino y buscar todas las alternativas para continuar. Trabajar en lo que uno siente y considera es lo que te lleva a construir cosas. Yo creo que todo va a mejorar pero hay mucho por hacer. 

Creo mucho en la gente, en mí mismo. Las personas disciplinadas que se esfuerzan pueden alcanzar las cosas que se proponen. La premisa con la que siempre parto es que todos quieren venir y hacer las cosas bien. Me gusta pensar en ese poquito más, no tiene que ser perfecto pero sí creo que todos podemos dar ese poquito más.

Yo amo a mi país, quiero que la situación mejore, y creo que la única forma de ayudar a cambiar las cosas es participando, estando activo. Cuando yo estudiaba, una persona mayor me hizo entender la importancia de militar en los partidos políticos: “Si en verdad queremos cambiar al país hace falta un proyecto de poder. Es a través de la política que puedes llegar a muchos rincones de un país para lograr cambios estructurales importantes”. 

Ese es mi plan, mi vocación. Cómo vivo y llevo a cabo la política.