Una tarde mamá nos dijo a mis hermanos y a mí: busquen entre sus juguetes aquellos que más quieran, vamos a dar una gran sorpresa. Mamá llevaba un montón de chucherías. Nos fuimos hasta la Cota 905 que queda cerca de la que era mi casa en el Paraíso, cuando llegamos al lugar y se abrió la puerta del carro, en menos de dos minutos estábamos rodeados de un enjambre de niños. Mamá me dio una gran lección. Ese día cambió mi vida. Teniendo solo ocho años volvía locos a los de mi colegio para que me dejaran ir a las misiones en Kavanayen, solo podían asistir los de bachillerato, pero yo insistía tanto que terminaba siempre yendo. Comencé a ir todos los años.
Pasé por momentos de desencuentros conmigo misma y lo que hacía, hasta que por fin, encontré mi vocación. Fui nominada a un premio de Emprendedor Social, desde entonces me reconozco como emprendedora. Estoy enamorada de lo que hago porque es un vehículo de transformación y de desarrollo. Sé que desde este lugar puedo generar impacto y apoyar a muchos nuevos emprendedores sociales.
¿Cuánto falta por hacer? Suelo preguntarme. Todo el mundo tiene tantas necesidades que me doy cuenta de que es un gran trabajo ayudar a los demás. Pienso que el verdadero amor al prójimo, la caridad de la que hablan, es entender al otro desde su realidad. Todos tenemos una misión que cumplir en esta vida. Yo tuve la suerte de darme cuenta de cuál era la mía a tiempo. La vida es para trascender y encontrar aquello a lo que fuiste llamado. Creo que mi misión es impactar al mayor número de personas, apoyarlos con sus trabajos de emprendimiento. Dedico mi existencia a cumplir esa meta. Es la razón de mi vida. Los reconocimientos, si llegan, bien. Pero no dependo de los premios. Creo que en la medida en que hacemos lo que tenemos que hacer uno se siente en paz consigo mismo.
Creo en Dios profundamente, como un ser lleno de amor. Me ha dado tantas posibilidades y dones que siento una necesidad enorme de retribuirlo a los demás. Pienso que la mejor manera es cumpliendo mi vocación. Creo en el amor y en la pasión. En el ser humano y en la capacidad que tiene de hacer las cosas bien.