Lo que me gusta es correr. Siempre estoy activo. Juego en extremo izquierdo y tengo que correr por la banda y centrar la pelota. Nunca puedo estar tranquilo ni viendo para los lados porque el equipo contrario me quita el balón o me hace gol.
Todos los días me paro a las seis de la mañana para ir al liceo. Me despierto, me baño y como. Después salgo, paso por un pasillito, bajo las escaleras y llego a la carretera por donde ya pasan carros y autobuses. Cuando salgo de clase, regreso a la casa a comer. Bajo otra vez las escaleritas y me voy a entrenar. Cuando termino, llego a la casa, me baño, hago la tarea y ¡a dormir!
Tengo velocidad e inteligencia. Muchos también tienen lo primero, pero a veces les falta lo otro. Lo de la inteligencia creo que la saqué de tanto jugar ajedrez desde pequeño, y lo del fútbol por mi papá. Él también jugaba fútbol y yo siempre lo iba a ver. Primero me gustaba el boxeo, después practiqué natación en el colegio pero como lo que a mí me gusta es correr, vi que en el fútbol lo podía hacer bastante, entonces le dije a mi papá que me inscribiera en un equipo y eso hizo.
Yo creo que el ajedrez y el fútbol tienen bastante que ver en la táctica. Si me muevo mal en la cancha me pueden quitar el balón y si muevo mal la pieza me hacen ¡jaque mate!, y pierdo.
Ahorita, que estoy en un equipo nacional donde hay muchos jugadores buenos de casi todas partes de Caracas, yo estoy luchando. Me siento muy emocionado porque no todos pueden llegar allá, pero a veces siento miedo cuando me ponen a jugar con los chamos de categorías más grandes porque me han golpeado bastante fuerte.
Una vez tenía el balón y nada que la soltaba, pero vino un niño por atrás y me pateó por la batata, pero ¡duro! ¡duro! Me tiré al suelo, hasta gritaba del dolor, y me sacaron del juego. Me atendieron rapidito y yo creo que como en un minuto regresé al juego porque estábamos en un cuarto de final. Si perdíamos estábamos eliminados. Solo pensaba en eso. Creo que esa fue mi motivación para entrar otra vez a la cancha.
Cuando el entrenador me ve dudoso de patear el balón o con miedo a que otro me lo quite me dice: “¡Actitud! ¡Actitud!”. Él no nos deja andar con flojera o con inseguridades. Siempre nos ayuda mucho. Es como un papá para uno. Es de esas personas que si no tienes algo, él te lo da. Nos enseña mucho sobre fútbol porque conoce el deporte y también a no decir groserías y a no tratar mal a los otros jugadores.
A veces peleamos por cosas del partido, pero ahí mismo estamos juntos otra vez. Todos somos como una familia porque nos conocemos. Sabemos los defectos y las cosas buenas que tiene cada uno. Si un niño se equivoca en el juego, no podemos insultarlo ni decirle nada feo porque esas palabras lo pueden desconcentrar en todo el partido.
Hay que tener respeto y amistad, eso es lo más importante para mí. Tenemos que portarnos bien y tener buenos valores para integrarnos en la sociedad. Por lo menos, si tratas mal a todas las personas nadie te va a querer. Igual pasa si estás en cosas malas.
Mi jugador preferido es Cristiano Ronaldo porque es tan rápido como yo. Quisiera pedirle un consejo para que nos diga qué tenemos que hacer para llegar a ser como él. Mi papá siempre me dice que tenga paciencia porque a veces uno juega, juega y juega y no ves resultados. Lo otro es que tenga mucha inteligencia en el partido. También me aconseja que cuando quiera ser como otro jugador no diga que quiero ser como él, sino que diga: ¡quiero ser mejor que él! Siempre me impulsa a estar un puesto más arriba.
Antes de entrar siempre estoy un poquito nervioso, pero cuando arranco ya me emociono porque quiero que empiece el partido. Cuando tengo el balón trato de demostrar lo mejor que tengo. Cada vez que meto un gol, primero me emociono, y segundo, pienso rápidamente qué pude haber hecho para que fuera mejor y lo intento en la próxima jugada. Si tuve un error busco cómo arreglarlo y alcanzar la victoria que debe ser de color blanco porque cuando uno gana se siente tranquilito, relajado y liviano.