Si me quejo de Venezuela me estoy quejando de Dios. Digan lo que digan este país me hace feliz desde hace catorce años. 

Después de la muerte de mi padre, a mi madre le tocó vender lo que teníamos, juntar el dinero y con eso mandó a uno de mis hermanos a Venezuela. Somos dominicanos y cuando llegamos nos tocó duro. Primero se vino mi hermano, con su trabajo logró crecer y me pudo ayudar a mí. 

Soy dominicana pero me considero muy venezolana. Una mujer luchadora. Llegué con ganas de trabajar para ayudar a mi madre y para poder sacar a mis hijos adelante. No tenía nada y me sentía sola. Cuando la soledad pega la tristeza es inmensa. Aunque el tiempo ha pasado, a veces lloro, sobre todo los domingos; pero cuando llegan los lunes me alegro porque tengo que trabajar. Vendo pastelitos en la esquina de San José y esto me ha permitido conocer gente y hacer amigos a los que quiero.  Si algo me ha dado este hermoso país son buenos amigos.

Hoy sigo trabajando y me siento satisfecha, puedo decir que logré lo que quería. Si volviera a nacer sería, nuevamente, Jacqueline, y el país donde escogería vivir sería Venezuela.

A los que se van de Venezuela los entiendo porque es arrecho dejar la familia para buscar algo mejor. Pero yo les digo algo: este país va a mejorar y por eso hay que trabajar. Por mi parte, yo no me voy de Venezuela, los venezolanos tendrán que echarme y no lo van a hacer porque en general son buenas personas.

Escritura:
Marcel Serrano
Fotografía:
Raquel Cartaya
Lugar:
San José, Caracas
Fecha:
1.4.2016
Cuando la soledad pega la tristeza es inmensa.
No items found.

Más Historias

Juegas...
Elijes...
Thank you! Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.

Un semillero de amor

Livia de Orozco
Eso es lo mejor que un hijo le puede dar a una madre: ver florecer aquél caudal de valores que se le enseñó.

Poderosa en la cancha

Indeili Torres
Todos los bloques partidos de estas calles, somos nosotros. Ponemos una arquería aquí, la otra por allá bien botada y nos ponemos a jugar matándonos por el balón.

Nature Beauty

Aleksandra Djurasic

La exquisitez de un buen libro

Diana Vilera
Hay cosas que uno va integrando, o por el contrario, que va desechando. Eso va formando lo que al final tú eres, aquello con lo que te quedas.

Katyna y el duendecillo del buscón

Katyna Henríquez
Las letras también alimentaron mi curiosidad infantil. Curiosidad que aún de adulta conservo intacta y espero no perder.
© 2023 Cultura Epix
PrivacidadTérminosCookies