Necesito sentirme vivo. Esto lo logro en la medida en que conquisto pequeñas y grandes metas que me hacen sentir satisfecho con mi trabajo. Soy decidido y cumplido y cuando me planteo hacer algo no descanso hasta lograrlo, pese a cualquier obstáculo que pueda interferir entre mi meta y yo. Emprender y desarrollar proyectos y negocios que me permitan ofrecerle a mi familia un futuro mejor, es mi motor principal, pero entiendo que a veces hay cosas que es necesario soltar. Tengo la capacidad de reconocer cuando una meta se está convirtiendo en algo que no me permite avanzar. Todas las cosas, buenas o malas, son las que construyen nuestra personalidad y carácter.
Mi sueño, entre otras cosas, es crear alimentos saludables y accesibles para todas las personas y que a la vez tengan el menor impacto ambiental posible. Este es un proyecto a futuro, pero en el ahora he ido haciendo pequeñas investigaciones en mis tiempos libres. Mi principal objeto de estudio para este proyecto es una especie de grillo con el cual se pueden preparar recetas saludables. Soy un aventurero y hay muchas cosas que quiero intentar y probar sin importar lo inusual que puedan ser, es eso precisamente lo que me atrae: intentar lo que no es común en mi entorno.
Me gusta comenzar desde lo más pequeño. El crecimiento progresivo y las metas alcanzadas tienen sentido por el simple hecho de permitirme darle a los demás lo mejor de mí. Si bien pienso en todas las personas a las que podría ayudar, mi principal motivación es darle a mi familia el bienestar que merece.
Vivir es como andar en bicicleta durante la niñez: lleno de riesgos y a la vez pleno de libertad. Es descubrirme a mí mismo repetidas veces. De esta manera emprendo un viaje buscando la oportunidad de construirle una casa a mi familia y ofrecerles mejor calidad de vida; es un reto y una aventura. Lograr conquistar este viaje es para mí como el viento que me golpeaba en la cara cuando era un niño y andaba sobre mis dos ruedas, sin pensar, solo pedaleando con entusiasmo y seguro de mí mismo.