No me interesa solo solucionar los problemas de la comunidad sino emprender en ellos. Tener una idea, desarrollarla y trabajar duro hasta que sienta que la llevé al máximo. Un sinónimo de emprender sería desarrollar.
Si las personas ven que eres alguien que trabajas y trabajas hasta llevar a cabo lo que quieres, van a querer imitarte y así nuestra Venezuela podría evolucionar mucho más. Me gustaría dejar en el mundo una inspiración para todas esas personas que están en sus casas y creen que no tienen nada que hacer. Quiero que me vean y digan: “¡Uao! Andrea estaba en su casa, pero mira lo que inventó. Yo quiero hacer lo mismo”.
La unión también significa mucho para mí, porque si no tienes un buen apoyo te va a costar mucho más hacer cualquier cosa. Gracias a la familia, a los amigos o a ese alguien especial, una persona puede salir adelante.
Yo siempre agradezco a Dios por todo. He vivido experiencias que otras personas a mi edad no han podido. Tengo una familia amorosa y el apoyo de mis padres. Ellos todo el tiempo me dicen: “Tú puedes hacer lo que quieres”, “Tú podrás ser una persona grande”.
Mi papá trabaja como desde los nueve años porque no tuvo el apoyo de su padre, pero a mí me apoya en todo. Es mototaxista y para todas partes él se ofrece a llevarme. A pesar de todas las citas que tenga, cancela cualquier cosa si yo le pido un favor. Él es una persona especial para mí tanto como mi abuela y mi tía.
Mi madrecita me tuvo a los 17 años, mi tía la ayudaba a cuidarme. Ella a veces llegaba a las ocho de la noche de la universidad, con su cansancio y todas sus tareas encima, pero igual me agarraba y me cantaba mi canción como por dos horas hasta que me dormía. Es una mujer echada pa’lante y me gustaría ser como ella. Mamá también es mi inspiración, a pesar de que ella ha cometido sus errores, tiene mucho potencial. Ahorita se tuvo que ir del país con mi hermanito y yo la entiendo. Ella me dijo que era por mi futuro, que jamás me dejaría y yo le dije que tranquila. La verdad, es una mamá excelente. En este momento estoy con mi abuelita que me ha dado todo su apoyo desde que era pequeña. Es una mujer muy alegre y trabajadora, si tuviera que hablar de una persona increíble sería de ella.
Gracias a Dios en mi familia no hay quien padezca enfermedad, pero en el Technovation conocí a una compañera que tuvo a su abuela con Alzheimer y a su padre triste de ver que la madre lo estaba olvidando. Imaginar, ni Dios lo quiera, que una persona tan especial me olvide, junto a todos los recuerdos hermosos que hemos tenido, debe ser muy feo.
Últimamente yo también había visto cualquier cantidad de cartelitos en la calle buscando el paradero de personas mayores que están perdidas, por tener Alzheimer. Mi amiga se quedó con la impotencia de no poder hacer algo más por su papá que estaba deprimido por la enfermedad de la señora, que lamentablemente falleció.
En la lluvia de ideas del Technovation nos unimos. Cuando decidimos emprender en esto hicimos muchas entrevistas y asistimos a grupos de apoyo para conocer más del tema. Aprendimos que una persona con Alzheimer no puede utilizar aplicaciones ni sabe cómo usar teléfonos. La enfermedad para ellos es como ver una película triste que te hace llorar, pero que a los cinco minutos se te olvida. En cambio nos dimos cuenta de que su cuidador es quien de verdad sufre porque le pega directamente toda la tensión, todo el estrés y todas las consecuencias que deja esto. Por eso es que nos preocupamos en ayudar a los familiares de los pacientes.
Care U, es distinta de cualquier otra aplicación. Tiene una sección informativa que da tips sobre Alzheimer y le pregunta al usuario todos los días: “¿Cómo te sientes hoy?”, así podremos darle recomendaciones basadas en las estadísticas que arroja el programa.
Yo quería ser ingeniera civil, o arquitecto como mi tía, pero gracias a todo lo que me enfrenté en esta experiencia, creo que me iré por la programación, porque podemos hacer ¡cualquier cosa!
Confío en que todos los jóvenes venezolanos tenemos un potencial gigante para llegar al cielo. Quienes nos quedamos acá no podemos dejar de tener fe, porque en Venezuela ¡todo vale la pena!