Yo vivo en un barrio, pero tengo otra expectativa de las cosas. Tengo claro lo que tengo que hacer y cómo lo voy a hacer. Soy de las que inventa y le busca una solución a todo.
El problema de la alimentación es una de las cosas que más le preocupa ahorita a la gente en Venezuela. Para poder comprar harina o arroz se hacen unas colas súper largas. Los menores de edad no podemos comprar si no está el representante y ellos pasan mucho tiempo trabajando. Algunas veces cuando llego de las clases en la noche no encuentro qué comer porque mi mamá no pudo dejarme nada. A veces me iba sin comer porque solo teníamos dos o tres ingredientes. Me tocaba esperar a que mi mamá llegara a la casa con otras cosas.
Hay muchas personas que si no tienen harina o arroz dicen que no saben cocinar, pero viéndolo desde otra perspectiva me di cuenta de que no es así. Ya cansada de todos esos problemas de la alimentación en mi comunidad, nació Appetitos. Todos pueden llevar un plato a su mesa porque las recetas las hicimos con productos cotidianos como las legumbres, las frutas, el maíz y los vegetales. Si la persona solo tiene avena, papelón y un huevo, puede hacer unas ricas panquecas. Con vegetales, y sin carne ni pollo, se puede hacer una tremenda comida: una tortilla o un chop suey. Por ejemplo mi hermano más pequeño, que es el más inventor de todos, hizo unas galletas de avena que le quedaron ¡súper espectaculares!
Todas las recetas de la aplicación fueron creadas por Kimberlyn, Eliannys y yo. Hicimos una investigación y buscamos en el recetario de nuestras abuelitas.
En mi familia todos somos reposteros. Nos gustan los dulces, las tortas y la comida. Siempre andamos inventando cualquier cosa. Creo que eso viene de mi mamá porque ella es la que nos motiva a hacer de todo. No deja que nos pelemos ni un curso y siempre nos dice: “¡Vamos a hacerlo!”, “¡Todo lo que quieran lo van a lograr!”, “Sueña, hija”.
En cambio mi papá es lo contrario, es muy sobreprotector. Él me dice: “No hagas eso porque es para hombres”, “No hagas eso porque tú no puedes”. Pero igual yo lucho por lo que quiero porque creo que nosotras somos muy valientes, y nuestra valentía hace que logremos grandes cosas. Después del Technovation, donde ganamos el premio del público, mi papá se queda callado y solo me dice: “¡Jum!... Sí… Está bien…”
Hay veces en que a nosotros los jóvenes nos cortan los sueños porque nos dicen que no podemos o que no tenemos talento. Eso nos desanima y hace que dejemos ese sueño hasta ahí, abandonado, pero no es la idea porque estoy segura de que todas las cosas tienen su tiempo y en algún momento lo vamos a lograr.
Aquí en José Félix Ribas la gente nos ve y creen que no soñamos o que no tenemos talento, pero eso es lo que ellos no saben, porque no toman en cuenta a todos los jóvenes. Creo que tenemos que pasar por un gran proceso de aprendizaje donde todos nos conectemos y estemos en un mismo sentir.
Yo admiro mucho a mi hermano porque a él le decían: “Estás loco vale, qué vas a estar tú haciendo eso”. Pero él, gracias a Dios, nunca dejó de soñar. Quería ser arquitecto y pudo ejercer su carrera, quería ser actor y lo pudo hacer, le gusta el diseño gráfico y también lo pudo alcanzar. Quiere tener una línea de diseño de moda y es muy bueno en eso.
En unos años yo me veo como una diseñadora de moda profesional y con mi propia marca de maquillaje hecha también con materiales alternativos. Se llamaría: Celeste Fashion. Mi tienda será pequeña, con muchos espejos y pintada de rosa pálido y blanco. Ya he hecho camisitas, un vestido tipo llanero encima de las rodillas y ahorita tengo la meta de aprender a hacer jeans.
Creo que, aparte del alimento, verse bien también es algo importante. No es que se vistan mal, sino que se olvidan de arreglarse con el afán y el corre corre. Para sentirse bien no hay que verse bien, pero nunca olvido que hay tiempo para todo. Si vas a una cita o a una fiesta, ¿por qué no consentirte? Yo no dejo que nadie me venga a decir que no.